Noche tras noche Catalina mira al mundo, callada, pensativa, pálida y a veces huidiza, pero siempre está ahi.
Lorenzo por el contrario va y viene a su antojo, es arrogante, explosivo, aunque puede parecer cálido. Pero hay una cosa que su ego no le deja ver, y es que Catalina siempre vuelve, siempre está ahí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario